El hombre no es libre, por muchas causas, aunque puede tener anhelo de libertad.
Lo más contrario a la libertad es la renuncia a la posibilidad de ella, el entender la existencia como un sueño en el que nada escapa al destino, como una travesía del desierto, como una condena, un "valles lacrimarum". Tal vez podemos ver la vida, con Calderón, como un sueño, pero un sueño no predestinado, en el que nadie ha establecido, ni debe establecer su devenir.
La libertad es posible desde la comprensión y la crítica consiguiente de las estrategias de los que la afirman en teoría y la niegan en la práctica, cuando señalan, cínicamente: ...
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