Dentro de las finanzas existen múltiples ramas o áreas laborales con fines muy específicos, y una de ellas son las finanzas corporativas. Las finanzas corporativas son aquellas que tienen que ver con la estructura del capital de una empresa u compañía. Es decir, desde cómo se constituye, hasta las decisiones financieras y de inversión que se toman para incrementar su valor.

El propósito de las finanzas corporativas es maximizar el valor de una empresa a través de la planeación y la administración de los recursos a corto y largo plazo. Además, se encarga de que haya un cuidadoso balance entre el riesgo y la rentabilidad.

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Principales actividades de las finanzas corporativas

Dentro de todas las actividades que se engloban en las finanzas corporativas, hay cuatro que  son más importantes:

  1. Presupuesto del capital / Inversiones de capital
  2. Financiamiento de capital
  3. Retorno del capital
  4. Liquidez a corto plazo

Finanzas corporativas

Presupuesto de capital / Inversiones de capital

El presupuesto de capital consiste en planear y administrar las inversiones a largo plazo que realiza una empresa, para generar la mayor rentabilidad posible. Esto significa que, utilizando análisis financiero, la empresa decide si es conveniente tomar una oportunidad de inversión.

Financiamiento de capital

El financiamiento de capital incluye aquellas decisiones para financiar las inversiones a través del capital propio y la deuda. Aquí entran la emisión de títulos de crédito y la venta de acciones de una compañía. En palabras sencillas, la venta de acciones es aquel proceso mediante el cual las personas o las empresas pueden invertir en una compañía a cambio de una participación en esa sociedad. Lo más importante en esta área de las finanzas corporativas es equilibrar la deuda y el capital propio para el correcto funcionamiento de la compañía.

Retorno del capital

Esta actividad implica decidir cómo utilizar el exceso de rendimientos en una empresa: si retenerlos para futuras inversiones o si distribuirlos entre los accionistas como dividendos. Por ejemplo, el exceso de rendimientos de una compañía puede utilizarse para financiar una expansión de la misma. La decisión sobre si utilizarlo para inversión o distribuirlo como dividendos debe alcanzarse después de un proceso de análisis financiero.

Liquidez a corto plazo

Esto es parte de lo que se conoce como administración financiera de corto plazo. El objetivo de esta actividad es asegurar que una compañía tiene suficiente liquidez para continuar con sus operaciones.

 

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